huellas en la arenaCómo aplicar el Slow Parenting a tu vida. Ideas prácticas para ser una mamá más tranquila y vivir nuestra maternidad más lentamente.

Quiero vivir mi maternidad más lentamente, me quiero apuntar al Slow Parenting…pero me cuesta, a veces no sé cómo frenar. Hay dos cosas que acompañan a  mi maternidad inevitablemente; el cansancio y las listas de “cosas que hacer”. El cansancio, me temo me acompañará los próximos 18 ó 20 años, pero las listas…las listas espero ir quitándomelas  de encima poco a poco.

Sí, es cierto que cuando tienes hijos  hay que hacer muchas cosas , obviamente hay que cubrir lo básico.Por ejemplo comprar y cocinar, lavar la ropa, llevar a los niños al cole ,mantener una higiene mínima etc…Pero ¿y el resto? ¿de verdad es tan importante fregar el suelo cada día? ¿o que los cristales de las ventanas luzcan impolutos?. Y sobre todo ¿es tan importante que los niños hagan tantas actividades? ¿que vayan a tantos sitios?¿es necesario que tengan que hacer tantos deberes? ¿que les exijamos que se adapten a nuestra montaña rusa de obligaciones , para seguir las exigencias de esta sociedad despiadada y consumista? ¿ que sean mejores en todo?.

Queremos que nuestros hijos tengan un buen futuro, y este deseo es legítimo, nos gustaría que vivieran sin problemas y sin preocupaciones…y para eso les embarcamos en la rueda del estrés en la que nosotros mismos vivimos.Pero no podemos protegerles de todo, no podremos evitar que tengan preocupaciones, se dediquen a lo que se dediquen, no podremos evitarles todos los problemas.Según el Slow Parenting, tampoco deberíamos. Y es que este movimiento,  reclama los benéficos del “menos es más”, de respetar los ritmos de los niños, de hacer pocas actividades extra escolares, de pasar más , y mejor, tiempo con ellos y de una vida familiar tranquila y sin prisas.

¿No te pasa que sales a la calle con tu hijo y estás metiendo prisa todo el rato?

A mí sí, da igual que no tengamos una cita después, da igual que no haya nada importante que hacer después, si se sube a cada bordillo, o se para a mirar cada bicho o palito del suelo…todo lo que digo es “vamosss, vengaaaa…date prisa…que tenemos que irnos ….venga…”

 La verdad es que me gusta mantener cierto horario, y las rutinas son muy importantes para los niños pequeños…pero quizás si me organizara mejor y delegara más, o simplemente si decidiera no hacer alguna tarea de las muchas de mis listas, tendría más tiempo para no hacer nada, para no tener esa sensación de prisa permanente. Y además,  ¿tan grave es que el camino a casa dure 20 minutos en vez de 5? ¿qué hay más importante que dejar a un niño observar y conocer el mundo que le rodea? ¿qué puede haber más satisfactorio que acompañar a un niño en sus descubrimientos ?

Con la intención de mejorar esta faceta de mi maternidad , cambiar el chip,y dejar de tener prisa, he hecho una lista cosas para traer a mi vida el Slow Parenting. SÍ, sí, ya lo sé, acabo de decir que iba a dejar las listas…ejem… pero bueno, una es como es …y prometo reducirlas a las entradas del blog ;).

Algunas de estas ideas son parte de nuestra vida desde siempre, otras  aún no, pero estamos en ello:

  • Levantarme antes y empezar el día despacio.
  • Meditar unos minutos.
  • Ver a mi hijo despertarse a su ritmo.
  • Desayunar todos juntos en la terraza disfrutando del tiempo, sea soleado o lluvioso.
  • Beberme el café despacio, saborearlo, y disfrutar de la taza caliente entre mis manos. Sin hacer ninguna otra cosa al mismo tiempo.
  • Preguntarle a él qué quiere hacer hoy, y hacerlo.
  • Dar más paseos en la naturaleza y observar las plantas, los animales y los elementos naturales, hablar a mi hijo sobre el mundo que le rodea. Y observar qué hace él.
  • No meterle prisa y dejar que trepe a cada bordillo o poyete que encontremos en nuestro camino.
  • Apagar el móvil y no contestar whatsapps o sms al menos durante un par de horas.
  • Dormir la siesta juntos.
  • Reducir el tiempo que dedico a tareas domésticas.
  • Cocinar y comer juntos lo que hemos cocinado.
  • Comer despacio y saborear cada bocado.
  • Jugar juntos, sin interrupciones, sin horario, sin expectativas.
  • Guardar algunos juguetes e ir rotándolos para que los redescubra y realmente juegue con todos ellos.
  • Desacelerar, hacer las cosas despacio para que mi hijo no crezca rodeado de prisas y estrés.
  • Observarle más y ver cómo descubre el mundo, cómo juega, cómo deja sus huellas en la arena.
  • Sentarme a descansar más, poner los pies en alto , cerrar los ojos y dejar que el sol me caliente.
  • De vez en cuando, simplemente no hacer nada, y disfrutarlo. Sencillamente disfrutar ” Il Dolce far niente ”  ,es decir, la dulzura ( o el placer) de no hacer nada.

Espero que os guste mi lista para ayudarnos a vivir la maternidad lentamente, haciéndose a fuego lento,disfrutando de cada momento, llevando el Carpe Diem a nuestra realidad. Si tenéis más ideas, dejad un comentario, ¡me encantaría leerlo!

¡Feliz (y lenta) semana!

 

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